Una cruz de granito de mas de cinco metros de alto se eleva solitaria sobre los acantilados de la playa de San Román.
Pide una oración por las víctimas del naufragio del balandro Drácula al que un golpe de viento hizo volcar frente a esa costa la tarde del 5 de Agosto de 1957 y en el que fallecieron cuatro de sus tripulantes: los veraneantes Marisa y Manolo Vidal Martín (hermanos) y Jose Antonio García Valcárcel y el marinero de Covas Celestino Pérez Polo.
Jose Antonio (22 años) y Celestino (25), buenos nadadores, no quisieron abandonar a Marisa (34) que estaba embarazada y a Manolo (36) que no sabía nadar y se quedaron con ellos sobre la quilla del balandro. Sólo se encontró el cuerpo de Marisa. El Drácula, volcado, fue recuperado cerca de la Estaca de Vares y su casco languideció durante años en el muelle del puerto de Viveiro. Nunca más volvió a navegar.














