En el puente de Viveiro, donde comienzan las arcadas, a la derecha según se va desde la Misericordia, hay una cruz de granito.
Según la tradición la cruz fue puesta allí por encargo de un caballero para que los que pasen por allí recen una oración por el alma de una persona a la que había matado en ese lugar.
En la última ampliación del puente, hace años, la cruz, que estaba adosada al pretil del puente por dentro, fue desplazada hacia el exterior para dejar libre la acera.


















