Hubo un tiempo en que desde el puente de la Misericordia se podía ver la boca de la ría como nos muestra esta postal de principios del siglo pasado.
Hoy todo ha cambiado; como otras veces, sólo el perfil de los montes nos dicen que estamos en el mismo lugar; los rellenos ocupan la dos orillas y tapan la línea del horizonte.





