Hasta no hace tanto en la cima del monte San Roque sólo estaba la capilla y el cruceiro rodeados de pinos.
Hoy los pinos casi han desaparecido y se han plantado multitud de variedades de otros árboles que rodean grandes mesas de granito.
En una esquina, cerca de la capilla, se ha puesto un horreo.
Una batería de parrillas y una fuente completan el conjunto.















